¿Cuántas veces hemos querido hacer una análisis de alguna poesía, novela, cuento, inscripción insignificante -claro es un decir- de la época barroquista y nos hemos visto enrredados en sus figuras retóricas, en sus quiaísmos, en sus hipérboles pronunciadas y en otras tantas cuestiones propias de aquel movimiento que tuvo su momento entre los siglos XVI y XVII? Estimo, mis queridos lectores, que muchas veces.
El Barroco fue sin duda un moviento atractivo que
agudizó
nuestro ingenio al máximo y que tuvo entre sus adeherentes a Góngora, Quevedo, Lope Vega, Gracián, entre otros.
Hoy quiero dejarles un breve resumen de las técnicas utilizadas por este movimiento que impuso su estilo análitico poniendo al frente de sus imégenes retóricas a la metáfora analógica y que supo diferenciarse, dentro de su período, básicamente en Culteralismo y Conceptismo; tales son los temas que se abordarán en en siguiente texto, más un breve análisis sobre algunas de las figuras utilizadas en la famosa obra de Góngora: Polifemo y Galatea.
Espero les resulte últil y práctico a la hora de tener que realizar un nuevo análisis de un texto inscripto en esta ornamentada época. Hasta pronto...
mmmm... Góngora es el principal exponente del culteranismo, no creo que una carpeta del conceptismo (de Quevedo) nos sirva de mucho.
ResponderEliminarJa, según ya demostraron Alexander A. parker y Dámaso Alonso la división conceptisto-culteranismo no sirve para mucho, sino ´sólo para sostener falsos prejuicios.
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